En un acto muy especial, entre diseños exclusivos y rodeados de moda por todas partes los Hermanos Vañó, Rosa y Francisco propietarios del Castillo de Canena nos presentaron la novena edición de la colección “Primer Día de Cosecha” junto al Maestro de la Moda Roberto Verino autor del diseñador que nos prestó su tienda de la calle Serrano de Madrid para pasar un rato muy singular, un marco de lujo y muy diferente a lo que estamos acostumbrados para conocer el primer aceite del 2014 de Castillo de Canena.
Ya pasó el envero, las aceitunas fueron recogidas y llevadas a la almazara, se molturaron, el oro líquido volvió a brotar como un regalo de los dioses y la nueva cosecha llego al Castillo de Canena y como todos los años buscaron una imagen especial para su aceite: “Primer Día de Cosecha”.
Fue el diseñador Roberto Verino quien se encargo del tema y fueron los primeros bocetos de su colección los encargados de representar el aceite, el inicio de dos trabajos que parecen muy diferentes pero que tienen puntos en común como la creatividad, la búsqueda de la calidad, “la singularidad y la excelencia a través del trabajo bien hecho”, palabras de Roberto Verino para definir las similitudes que les unen. Detrás de una colección de súper moda o detrás de unos aceites de primera hay una labor desconocida y ardua, que pasito a pasito nos lleva a la consecución de la labor bien realizada.
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En la presentación de las nueva imagen de la colección Primer Día de Cosecha”, Francisco Vañó nos contó las incidencias y dificultades que han tenido que superar para conseguir su aceite y no puedo dejar de contarlas para que todo el mundo sepa y entienda el trabajo, el mimo y el cuidado que hay detrás, y comprenda que la calidad se obtiene con trabajo y esfuerzo.
Este año la mosca del olivo ataco furiosamente a todos los olivares de la zona mediterránea, dejando la cosecha muy tocada y perjudicada, para luchar contra ella se pusieron cada cuatro olivos trampas “caseras” – una botella de plástico con una abertura y en su interior glucosa – en las que como el viejo poema de la rica miel las moscas caían, paliando un poco el desastre; la extraña climatología con un verano prologando hasta el aburrimiento precipito el envero y el calor obligo a recolectar de noche y con la fresca de la mañana y así evitar las altas temperaturas del medio día, fue necesario redoblar el frío de la almazara primero con camisas exteriores de agua fría que bajaban la temperatura y controlando el ambiente con aires acondicionados más fuertes. La recolección se realizo seleccionando los arboles uno a uno, el grado de envero era el que mandaba.
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Y así Francisco Vañó y su equipo superaron todos los inconvenientes y el 9 de Octubre se recolecto la arbequina, un aceite denso e intenso, verde pálido que este año ha cambiado sus características más destacadas con la picual, con gran variedad de aromas vegetales: almendra, hierba fresca y alcachofa; en boca nos recuerda la manzana verde y la piel de plátano; con un toque de pimienta en garganta y un ligero dulzón; gran persistencia y una ligera astringencia en el paladar.
El picual este año es punto y aparte, esto son apreciaciones personales. crea adicción. Frutado intenso, fresco; con toques de hierba verde, tomillo, romero y almendra verde, es suave en el paso de boca con un amargor y un picor moderado y muy equilibrado, el retrogusto tiene un toque almendrado que nos recuerda la tomatera, la manzana y la alcachofa.
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Pero estas características sacadas de la nota de cata no recogen las sensaciones que te produce el degustar este aceite, inmediatamente, nada mas probarlo quieres repetir, en tu boca están presentes todos los aromas, sabores y sensaciones que solamente te puede producir un producto tan bien elaborado y tan selecto. No te lo puedes perder, ya sé que me dirás que es caro pero te va a durar mucho, no tienes que ponerte “morado”; de las cosas buenas no hay que abusar, hay que disfrutarlas. No necesitas una tonelada de aceite para prepararte el más exquisito y refinado desayuno: una tostada de pan, una cucharadita de aceite una pizca de sal si te apetece y el manjar de dioses está listo; tampoco hay que aliñar los tomates o las ensaladas nadando en líquidos, las estropeas – la ensalada y el aceite – todo requiere la justa medida. Así que prémiate y regálate una botella de primero, adminístrala y disfrútala a tope, estarás deseando que lleguen las mañanas para darte el primer homenaje y comenzaras el día con energía, fuerza, ilusión y con tus papilas gustativas en perfecta armonía con el universo.
Solo me queda deciros que en Castillo de Canena, grandes amigos y conocidos nuestros ya que somos fan de su súper aceite Royal – visita este post para obtener más información – son olivareros y aceiteros desde 1780, que tiene olivos picual, arbequina y royal, y que Rosa y Francisco Vañó dedican su energía y su esfuerzo para llevar por todo el mundo (está presente en más de cuarenta países) un aceite mundialmente reconocido, esta entro los “20 mejores aceites del mundo” según la prestigiosa guía “Fos Olei”.
Son miembros de la alianza EVA (Extra Virgen Alliance) primera asociación mundial de productores de AOVE que tiene como objetivo preservar a través de estrictos controles, tanto en la producción como en la distribución, la calidad de su aceite y del ecosistema (http://www.extravirginalliance.org/)
Si después de lo expuesto no les pidas a los Reyes Magos o a Papa Noel una botella de Primero harás muy mal y te perderás un sencillo manjar.
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