Estamos viviendo un nuevo renacer de los destilados de ginebra, el primero fue en los años 30 del siglo pasado y en Estados Unidos que con la ley seca era una bebida muy apreciada y deseada pero con la vuelta a la legalidad se quedó en el mismo nivel que el resto de los destilados, pero gracias a las Ginebras Premium llenas de aromas y de sabores sutiles, que le dan a esta bebida una calidad y un toque de perfección que no tienen otros alcoholes, ahora es la reina de los destilados y de la coctelería.
En el post anterior hablábamos de que existen dos formas de fabricar la ginebra:
– La Genever o ginebra holandesa.
– La London Dry o ginebra inglesa.
Hoy nos vamos a ocupar de la GENEVER, su nombre viene de “GENIEVRE”, enebro en francés, y degeneró en Genever y es la sucesora directa del tónico fabricado por Franciscus Sylvius para combatir los humores biliares. Su proceso de fabricación es muy diferente a las London Dry.
Se crean con la doble destilación en alambique de cebada malteada, centeno y maíz, se obtiene un alcohol llamado “vino de malta”, este alcohol está poco purificado y conserva el sabor y el aroma de los cereales. Más tarde se aromatiza y se le da su sabor definitivo con el enebro que se ha dejado secar durante dos años para aumentar sus azúcares y llevar sus aromas a la máxima expresión. Después la Genever se envejece, de tres a quince años, en barricas de roble francés o americano, como el vino.
Tiene una graduación alcohólica más baja que las London Dry, en torno a los cuarenta grados y sólo se aromatiza, como ya hemos señalado con enebro muy seco para que trasmita todo su potencial al alcohol.
La Genever mantiene un fuerte sabor a los cereales de los que proviene, no se toma en combinados, lo normal con la Genever es tomarla sola sin ninguna otra bebida ya que estropearíamos su intensidad y su sabor tan especial.
En Holanda la más famosa y más antigua es la destilería “Lucas Bols”, se fundó en 1575 y siguen funcionando y manteniendo la tradición en sus ginebras, al estilo puro para tomarlas solas, quieren mantener su línea ya que son la destilería más antigua del mundo. En 2008 han lanzado “Bols Genever” una forma perfecta y más dulce de degustar la autentica Genever, elaborada con una receta original de Lucas Bols está basada en el triple destilado de centeno, maíz y trigo pero mucho mas dulce y suave ya adaptada a gustos mas modernos.
Ahora los holandeses están haciendo guiños a la nueva tendencia de aromatizar con diferentes botánicos sus ginebras y han introducido novedades que se alejan de la clásica Genever pero que se acerca a las tendencias más modernas y a lo que demanda el mercado. Así, nos encontramos con «Damrak» que lleva el nombre de una calle de Ámsterdam y que está aromatizada con cilantro, flores y enebro y tiene un aroma intenso a naranja. Otra de las ginebras modernas es la «Van Gogh» que ha evolucionado sin abandonar su origen con toques angélica, cítricos y clavo de olor y un diseño que llama la atención ya que esta envasada en una botella preciosa de vidrio helado con una pintura de un canal de Ámsterdam al más puro estilo Van Gogh en en el centro de la botella.
Esperemos que sigan conservado sus raíces ya que la ginebra holandesa es una bebida estupenda para tomar sola en un vaso bajo y ancho con mucho hielo y claro está, en buena compañía.
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