Este sábado he asistido a un acto que me ha encantado, se trata del Festival Archigula, donde la literatura y la cocina se dan la mano en directo, frente a nuestros ojos, nuestro gusto y nuestro olfato, no podéis imaginaros como olía la Librería A Punto, de maravilla, poniendo el toque lúdico al literario.
En el bando de los literatos estaban: Carmen Posadas y su hermano Gervasio Posadas, «Hoy caviar, mañana sardinas»; Dolores Redondo, autora de la «Trilogía del Baztán»; Mercedes Castro, autora de «Mantis» y el gastrónomo, escritor, crítico y sabio Ismael Díaz Yubero. Un elenco de categoría, grandes autores que compartieron con los presentes sus experiencias gastronómicas y literarias. Por parte de los cocineros oficiaron Iñaki Camba y su hijo Unai Camba, del restaurante Arce, dos cocineros de renombre que nos llenaron la pituitaria de apetitosos olores y nos hicieron pasar un rato de lo más agradable al final del evento en el que brindamos y nos tomamos una riquísima sopa de pescado petición de Dolores Redondo, experta en sopas y estupenda cocinera, un “bocadillo” sublime que como no pudo ser de oso era de jabalí y un postre fantástico, un “sabayón de setas” que estaba para chuparse los dedos.
El comentario del oso viene a cuento de la divertida anécdota del “Strogonoff de oso” que nos conto Carmen Posadas, anécdota que recoge en su libro y que trascurrió en la época en que vivía en Moscú. Su padre era el embajador de Uruguay y quería celebrar la boda de su hija, el problema era que en el escaso mercado moscovita no había más que oso y no les quedó mas remedio que ofrecer en el banquete un plato con la carne de dicho animal, cocinado al estilo Strogonoff, no estaba mal, sólo un poco duro. Todas las peripecias que rodearon el banquete, relatadas con gracia y sentido del humor por la protagonista de la insólita boda y muchas más que ocurrieron mientras seguían al Señor Embajador de destino en destino forman la temática de su libro, una vida llena de sucedidos, novela que quiso escribir su madre y nunca pudo, una mujer ingeniosa y práctica que encontraba soluciones a todos los problemas que se le presentaban, la misión era salvar la imagen del país y con pocos medios preparar excelentes comidas.
El evento se desarrolló en un tono amable y relajado, los autores expresando sus opiniones de este tema tan interesante: la comida y la literatura.
Para Dolores redondo la máxima de un escritor es igual que la de un cocinero: se disfruta cocinando un rico plato o escribiendo un libro, pero el súmmum es cuando lo lee o lo come un tercero, ese es el objetivo de ambos y el fin del trabajo. También a través de un libro, nos cuenta Gervasio, evocas sucedidos, entornos, paisajes, gentes, y lo mismo te sucede con un plato que te lleva al pasado, a otros lugares y con otras gentes.
Ante la pregunta de que si es la comida la que hace al hombre, los tertulianos respondieron, con un criterio unánime, que sí, que es el motor que impulsa el desarrollo y es a través de la comida como se civiliza el hombre, descubrir el fuego y comenzar a manipular los alimentos es el inicio y el motor de la civilización. En ambos casos hay que servirse de los sentidos, gusto, tacto y olfato y trasmitirlos a un tercero ya sea lector o comensal. Para Mercedes la comida hizo a la mujer que se ha expresado a través de la cocina, su historia y su evolución, la de la mujer, va de la mano de la cocina.
Los alimentos evolucionan y adquieren importancia por sus múltiples funciones, no sólo alimentar si no también curar, como la sidra, de la que nos cuenta Ismael Díaz Yubero que curaba el escorbuto y se le atribuían poderes mágicos y se da un paso importante cuando además de comer se descubre que este acto nos proporciona placer, disfrutamos comiendo y son las invasiones las que dejan huella y trasmiten costumbres quedando la impronta de los asaltantes en la cultura de los asaltados y esta fusión enriquece a los pueblos aportando perspectivas nuevas e ingredientes desconocidos a las despensas de los pueblos, es la cocina fusión, el mestizaje lo que enriquece una cultura.
El acto terminó con un condumio, que ya os he contado al principio de este relato, de la mano del gran Iñaki Camba, público, cocineros y autores nos mezclamos en un agradable aperitivo donde departimos con gran cordialidad.
Tengo que felicitar a la Librería A Punto por esta iniciativa tan original y dinámica, por aportar ideas nuevas al mundo de la gastronomía y por organizar este evento tan divertido que no ha sido el único ya que en otras sesiones han participado: Maruja Torres como literata acompañada de los cocineros Sacha Hormaechea y Miguel López que rememoraron a Vázquez Montalbán y a su inefable Pepe Carvalho; Eduardo Mendoza, Luis Cepeda y Jorge Patterson, que participó a través de skipe, nos trasladaron a América, al realismo mágico, una fusión literaria y culinaria con sabores lejanos pero que nos son de lo más entrañable, en los fogones el Maestro Abraham García, todo un lujo de participantes.
Como broche final se volvió la vista atrás, hicimos un ejercicio de rememorar la cocina de nuestras madres, de nuestras raíces, de nuestra historia de la mano de Juan José Millás y del chef Jesús Almagro.
Sólo me queda felicitar a Sara Cucala, Ana Lorente y a todo el equipo de A Punto por tan excelente trabajo, por esta iniciativa tan bonita, tan ilustrativa y tan sabrosa. También quiero dar mi enhorabuena a Antonio Castillejos conductor del evento.
Ya sólo nos queda esperar a la próxima edición, con muchas ganas.
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