Las lentejas que hoy nos ocupan son muy especiales lo primero que las distingue son su apariencia que es bien bonita, son unas bolitas negras como el azabache que nos recuerdan al caviar de esturión del que toman su nombre, siendo conocidas como lentejas beluga o lentejas caviar.
Son muy agradables al paladar, sin apenas hollejos, con un sabor excelente y muy tiernas, en cuanto las cuecen el color negro se vuelve mas suave.
Son perfectas para ensaladas aportando un toque de color y contraste con los vegetales que vamos a utilizar, en las sopas también van genial ya que son muy suaves y delicadas. Nunca las cocines acompañadas de ingredientes fuertes, léase chorizo, morcilla, tocino…, ya que unos sabores tan intensos anularan a nuestras lentejas. Hay que tratarlas como el caviar, pocos acompañamientos la máxima «menos es más» es perfectamente aplicable en este caso.
Además de ser tan espectaculares por su forma y su color son una mina de proteínas vegetales (23%), de fibra (10%) y de hidratos de carbono complejos (50%), en potasio, fósforo, hierro y vitaminas B1 y B6.
Son una gran arma en la lucha contra el envejecimiento ya que el color oscuro de su piel se debe a un pigmento llamado antocianina que protege al organismo de los radicales libres.
Se cocinan igual que todas las demás lentejas, los fabricantes aconsejan que se las ponga en remojo unas dos horas pero no es necesario, las puedes cocinar directamente.
Debes guardarlas en un lugar fresco y sin luz y consumirlas en los dieciocho meses siguientes a su fecha de envasado.
No te las pierdas, son ricas, bonitas y muy sanas. ¿que mas se puede pedir?
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