La aceituna “manzanilla sevillana” tiene muchos nombres diferentes, adjetivos que siguen a la palabra clave “manzanilla” y que se utilizan para designar a una de las aceitunas más famosas del orbe; así nos encontraremos con manzanilla carrasqueña, común, manzanillo fino, manzanillo temprano, varetuda, basta, blanca, de Carmona, de Dos Hermanas , romerillo… Es típica de la provincia de Sevilla y Huelva pero también se desarrolla con gran éxito en Extremadura, Portugal, California (USA), Australia, Israel y Argentina y es el olivo más famoso y más cultivado ya que se adapta muy bien al cultivo extensivo.
Es muy apreciada y conocida como aceituna de mesa, que es su uso mayoritario en todo el mundo; en España se recoge en verde y se aliña al estilo sevillano y es una aceituna muy fina y apreciada; al contrario, en California la recogen en envero cuando ya ha empezado a madurar.
Es una variedad con un alto nivel de producción y una gran calidad. Tiene forma elíptica y es de tamaño mediano, entre 2,1 y 4,9 gr. El árbol es de porte bajo, abierto y con una copa media, su inflorescencia es baja y sus hojas elípticas y de longitud media.
Aceite HG Reserva familiar:
La aceituna manzanilla tiene un contenido en aceites que no es muy alto pero sí de una gran calidad y estabilidad. Para entender el aceite de Hacienda Guzmán tenemos que examinar el «Terroir», que lo marca y le da sus señas de identidad: cuenta con un clima mediterráneo y está situado a 7 metros sobre el nivel del mar con una tierra arenosa caliza perfecta para el cultivo del olivo y es una finca de 360 ha. con unos árboles de 25 años de media. Las aceitunas se recogen entre septiembre y octubre, en verde y a mano sobre una red para no romper y preservar la aceituna, se transportan en pequeñas cajas y se elaboran inmediatamente, todo se hace en el mismo día.
Es cien por cien monovarietal, es decir, sólo se utilizan aceitunas “manzanilla”, que una vez recolectadas se seleccionan a mano y se procesan en dos fases a temperatura controlada.
Esta es su nota de cata:
Origen: La Rinconada, Sevilla (España).
Variedad: Manzanilla.
Cosecha: Temprana. Recolección manual con red.
Notas de Cata: Su frutado es verde y de intensidad media. Muestra aromas que recuerdan a la planta del tomate y hierba recién cortada, ligeros toques de higuera y algo de plátano y almendra. En boca es denso, con cuerpo, con ligeros toques amargos y picantes. Es un aceite persistente, con un retrogusto que se alarga en el tiempo. Un aceite de oliva virgen extra fresco que muestra equilibrio, elegancia, armonía y potencia. Acidez 0.3%.
Productor: Hacienda Guzmán.
Presentación: Envasede cristal oscuro 500 ml.
Consumo: Aunque no se modifican las características del producto con el tiempo, se recomienda consumir antes de dos años a partir de la fecha de envasado.
Maridaje: Prolonga, realza y refina cualquier plato, ya sea degustándolo crudo, en la elaboración de guisos o en la culminación de cualquier plato en la mesa.
Si quieres saber más cosas sobre el olivo, visita este post:
El olivo, apuntes.
Y nuestra súper lista de aceites Premium, que hoy todavía es muy cortita pero que poco a poco iremos ampliando:
Los olivos y sus aceites
La Hacienda Guzmán:
En este lugar tan bello y diferente confluyen muchos puntos que la hacen imprescindible en el mundo del aceite, está cargada de historia y por otro lado elaboran unos aceites selectos con mimo, con las técnicas más modernas pero conservando las tradiciones más arraigadas.
Fue fundada en el siglo XVI por Hernando Colón – hijo de Cristóbal Colón – como una superfábrica de aceites, que enviaba a los territorios recién descubiertos. Levantó una gran almazara, la más grande y más importante de Europa en su época ya que contaba con tres torres de las que pendían tres molinos de viga, un mecanismo increíble basado en la palanca: de una viga de madera pendía un quintal (piedra) de más de 3000 kilos que era movido por husillo, que no es más que un gran tornillo que hace palanca y mueve una rueda, el peso cae lentamente y exprime las aceitunas. Los que la movían se llamaban “husilleros”. En la actualidad se puede ver una demostración de este molino de viga, una forma de elaborar aceites que ya no se usa, pero que, hasta hace muy poco, era una de las más importantes.
Cuando entres en la Hacienda te encontrarás con una fachada central con el escudo de «Los Guzmanes» y una imagen de San Bartolomé que te dará la bienvenida. Tiene tres patios: molienda, señorío y labor y todo gira a su alrededor. Hay que destacar como “imprescindible” en nuestra visita «la Olivoteca«, un museo de olivos: más de 150 árboles de diferentes variedades conforman esta maravilla, es único en el mundo ya que recoge muestrass de los cinco continentes, pero sobre todo de la cuenca mediterránea, con ejemplares de más de 25 años.
También podremos disfrutar de una cuadra de caballos andaluces, de un museo de carruajes y de una sala de cata donde probar, degustar y comparar las características organolépticas de los extraordinarios aceites que elaboran.
Pero todavía nos queda un punto que destacar: la «Fundación Juan Ramón Guillén«, que tiene como objetivo conseguir que el olivar sea “patrimonio de la humanidad” y acercar el medio rural, los olivos y los aceites al público en general y en especial a los niños: junto a Planeta Olivo y su programa “Ciencia divertida” organizan visitas a la hacienda proporcionándoles una experiencia nueva y muy formativa, también tienen proyectos para ayudar a niños con problemas de desarraigo y de inserción social.
El presidente de la Fundación y de Hacienda Guzmán, es Juan Ramón Guillén, hombre emprendedor y un gran embajador del aceite de oliva. En 2012 recibió la medalla de Andalucía.
Con este rico aceite he preparado dos platos (por ahora) de primera que iremos subiendo al blog, te van a entrar unas ganas terribles de probar este aceite cuando los veas.
4 Comentaros
Una información muy completa!!!!