La ginebra es un alcohol perfecto para preparar combinados fantásticos; desde el rey, el “gin tonic”, pasando por clásicos como el «Dry Martini», del que eran amantes grandes mitos del cine como Luis Buñuel; el famoso «Negroni», creado en el café del mismo nombre de Venecia ó el que hoy nos ocupa, el «Tom Collins», uno de mis preferidos.
Es un trago largo y gracias a él se crearon los vasos altos y estrechos, que recibieron su nombre y han sido hasta hace poco los reyes de los combinados.
Cuentan las leyendas urbanas cocteleras que el “Tom Collins” fue inventado por el barman del Limmers Hotel de Mayfair, que por cierto se llamaba John Collins. Este señor utilizaba la ginebra “Old Tom”, holandesa y dulce, le añadía zumo de limón y soda. De la unión de su nombre y del de la ginebra nació el “Tom Collins”.
Para que nos salga perfecto necesitamos:
– 60 ml de ginebra.
– 30 ml de zumo de limón recién exprimido.
– Azúcar al gusto (muy poco).
– Soda.
– Una ramita de menta fresca y una rodaja de limón.
Ponemos el azúcar y el zumo de limón en nuestra coctelera, le añadimos la ginebra y removemos bien para que se mezclen. Vertemos este combinado en un vaso largo con hielo. Para decorarlo utilizaremos una rodaja de limón y menta fresca.
El éxito del cóctel radica en la proporción de azúcar y de limón, ambas se compensan, obtener el equilibrio será la clave de un cóctel perfecto.
El Tom Collins es un cóctel delicioso, refrescante, con un postgusto genial y unas revoltosas burbujas que cosquillean en nuestra boca, perfecto para las tardes de verano frente al mar o la montaña, genial para el descanso y el relax.
2 Comentaros
ummmmmmmm fresquito baja que no veas!!
Casi noto las burbujas en la boca,cuanta soda se echa??…cuenta, cuenta..
Muaks