Las patatas onduladas a las hierbas son un acompañamiento perfecto, quedan crujientes y con un sabor genial, a nuestro gusto, hoy con tomillo y romero, el próximo día con las hierbas que más te apetezcan, en este punto no hay límites.
Cortarlas onduladas es muy fácil, yo lo hago con la mandolina (cuidado que corta que se las pela), pero hay cortadores metálicos que tienen esta opción, quedan muy monas y tienen una textura diferente a las cortadas de forma normal.
Como casi no tienen aceite y las cocinamos en el horno (no manchamos nada), son muy cómodas, puedes prepararlas como un aperitivo genial o como un acompañamiento de primera. Yo pongo de ración 1/2 patata grande por comensal pero seguro que con esa cantidad te quedas corto/a y tus comensales se quedan con las ganas de repetir de tan suculento festín.
La presentación de este plato es estupenda ya que las patatas tienen una pinta genial, quedan doradas y crujientes, con los bordes más oscuros y con las hierbas por encima dándoles color.
INGREDIENTES para cuatro comensales:
2 patatas grandes, romero fresco, tomillo fresco, aceite de oliva, sal, sal en escamas.
ELABORACIÓN:
Pelamos las patatas y las lavamos bien, colocamos en la mandolina el corte ondulado y las fileteamos. Las ponemos en un cuenco hondo y cubrimos con agua fría, las dejamos 1 hora en la nevera para que pierdan el almidón, nos quedarán muy tersas. Pasado el tiempo estimado las escurrimos bien y secamos.
Ponemos papel cocina en la bandeja del horno y lo pintamos con aceite, es importante para que no se nos peguen nuestras ricas patatas. Yo el paso próximo lo hago con las manos pero lo puedes hacer con un pincel: úntate las manos con aceite de oliva y masajea las patatas para que se queden bien impregnadas de aceite, las colocamos en la fuente, espolvoreamos ligeramente con sal y les colocamos por encima las hierbas, en este caso tomillo y romero, metemos al horno precalentado a 200º, con calor por arriba y por abajo. ¡Cuidado!, se hacen rápido, hay que vigilarlas.
PRESENTACIÓN:
Sacamos del horno, si las vamos a utilizar como aperitivo las colocamos en un fuente bonita y si las vamos a usar de acompañamiento las ponemos en el plato al que van a realzar. No lo dudes son geniales, están riquísimas y son muy fáciles de cocinar.
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