Esa frase tan típica: “ensalada fresca”, que leemos al comienzo de algunas recetas la acuñaron después de comer este plato. La mezcla del perejil y la menta es fresca al paladar y si encima la aliñamos con limón pues la frescura es total, casi, casi ártica. Esta receta esta clasificada en el apartado “no me puedo creer lo buena que esta”, sorprende y desde luego no queda ni rastro en el plato. Es sencilla, súper fácil y económica. Lo tiene todo.
INGREDIENTES:
½ kg de Calabacines, 1 c/s de aceite de oliva, guindilla roja (opcional).
PARA LA SALSA DE PEREJIL Y MENTA: 2 dientes de ajo, 1 c/p mostaza Dijon, un buen manojo de perejil, menta fresca, 2-3 c/s de aceite de oliva, sal.
ELABORACIÓN:
Mise en place: pelar los calabacines, pelar y picar los ajos.
Precalentar el horno a 190º, untar los calabacines con aceite, ponerlos en la bandeja del horno previamente engrasada y asarlos durante 30 minutos, revisar. Cuando estén listos los sacamos, los dejamos enfriar y los cortamos primero en rodajas luego en palitos.
Picar con la batidora el perejil, los ajos y la menta (reservando una rama para la decoración) hasta que quede una pasta suave, añadir el aceite poco a poco emulsionando, hasta conseguir una salsa parecida al pesto.
PRESENTACIÓN:
Colocar los calabacines en una fuente bonita y cubrirlos con la salsa de perejil y menta.
5 Comentaros
otra manera de hacer calabacines….. debe estar buniiiisinmo
Que bueno, en ensalada…. y para el verano, que refresquita.
es buenisima y la vinagreta una bomba.