Oviedo es una ciudad tranquila, limpia, entrañable, llena de colorido, elegante, cuando estas lejos sueñas con volver ya que siempre que la visitas la experiencia es muy grata, alegre y convivir con los ovetenses es un lujo, son gente maravillosa y amable. Pasar un día en Oviedo es estupendo, además se come de maravilla ya que tiene una gastronomía de primera fila.
Es una ciudad perfecta para pasear por sus tranquilas y limpias calles, lo mejor es planear el recorrido, elegir una ruta para visitar las estatuas más importantes, aunque en Oviedo hay, casi, casi mil estatuas y descubrirlas es una experiencia de lo más molona y divertida.
Después de dejar tus maletas en el hotel, no lo dudes, lánzate a las calles de esta bonita ciudad y con la cámara en la mano, dedicate a fotografiar sus preciosos rincones y las preciosas estatuas que vas a encontrar diseminadas por toda la ciudad, eso sí, parando en sus sidrerías y bares a reponer gasolina.
No son simples estatuas decorativas todas tienen un significado importante para la ciudad, son homenajes a personajes queridos por los ovetenses, recuerdan alguna historia importante o un suceso que dejó huella en la memoria de la ciudad.
Las estatuas de Oviedo
La primera estatua que nos encontramos en nuestro increíble paseo está enfrente de la Catedral de San Salvador, majestuosa, con más de 1.200 años de historia y estilos arquitectónicos diferentes, desde el prerrománico de la primitiva iglesia que le sirvió de base, pasando por el románico, el clásico, el gótico, renacentista o el barroco de la última construcción.
Es bella e imponente y está llena de energía positiva, unos minutos sentados en su interior nos llenaran de paz y sosiego. Pues enfrente de esta Catedral tan magnífica se encuentra Doña Ana Ozores “la Regenta” que está vigilando el ir y venir de la explanada, mientras espera al Magistral, parada obligatoria y foto, si o si.
En la calle “Milicias Nacionales” nos encontramos con una estatua a tamaño natural de Woody Allen que parece que pasea como un ciudadano más, y es que el famoso director adora Oviedo, declaró en una entrevista a El País que “Es una ciudad preciosa, me encanta el tiempo, las comidas, la gente y que si tuviera que jubilarme, no lo dudaría, elegiría esta ciudad». No podemos perdonar hacernos una foto con tan insigne personaje.
El «Campo de San Francisco, es un precioso parque en el centro de la ciudad, allí vamos a encontrar un montón de estatuas, la primera que me llama la atención es Mafalda, que si no me equivoco es la única estatua que tiene en el mundo, está sentada en un banco, enfrente de un estanque y contemplando los patos, los visitantes hacen cola para fotografiarse con ella.
Muy cerca de Mafalda se encuentra Josefa Carril “La torera” con su caballito de cartón y su cámara, tenía su estudio en el Campo y fotografió a todo ovetense que se preciara.
Frente al Teatro Campoamor sede de los Premios Príncipe de Asturias nos entramos con el descomunal culo impertérrito, que recibe a los ilustres visitantes que vienen a recoger los premios.
Estatuas con historia:
En la ciudad de las estatuas las mujeres están muy presentes, nos las vamos a encontrar diseminadas por toda la ciudad y en cualquier rincón, tenemos mujeres trabajadoras, madres, pensadoras… como “La lechera”; «La Encarna con Chiquilín» de Sebastián Miranda; «La “Maternidad” de Félix Alonso Arena.
Con 800 kilos de peso y más de dos metros de altura “La maternidad”, una mujer con su hijo en el regazo obra de Botero que ilustra con sus redondeces, el amor maternal o “La bella Lola”, con nombre de habanera, que está sentada en su banco esperando no se sabe qué, paciente y soñadora.
En la plaza del Fontán todos los jueves y sábados se celebra un mercadillo de productos de la zona, ahí nos encontraremos con una estatua homenaje a las mujeres que traían al mercado los productos de la huerta se le llama las vendedoras.
Una estatua muy apreciada por los ovetenses es la de Rufo un perro callejero que apareció por la por la ciudad finales de los años 80, era un pequeño cachorro, fue adoptado por la ciudad que lo cuidó durante más de una década.
En la plaza de Trascorrales, detrás de la plaza del Ayuntamiento, está “la pescadera” y el “vendedor de pescados”, en la plaza Porlier nos encontramos con la popular estatua “el regreso de Williams B Arrensberg” que está con su maleta, su gabardina y su paraguas como si hubiera acabado de llegar a la ciudad, un conjunto precioso.
En la plaza de la Escandalera están “los asturcones”, pequeños caballos de la familia de los ponis y autóctonos de la zona que te dará mucho juego para realzar divertidas foto, muy cerca en la calle Pelayo, una de las mas comerciales de la ciudad, está la estatua “el diestro” de Miguel Ortiz Berrocal que es el busto de un torero y también sentada en un banco como la bella Lola se encuentra don Luis Riera Posada alcalde de Oviedo
Conclusiones:
Podríamos seguir horas contándote las estatuas que te vas a encontrar por la ciudad, pero no solamente tienes que verlas, las tienes que tocar, interactuar y fotografiarse con ellas, es divertido.
No te pierdas Oviedo es una ciudad maravillosa, con una gente increíble, una gastronomía para chuparse los dedos, te asombraran las raciones que te ponen en cualquier local que entres, de escándalo,tiene unas sidrerías y unos bares de lo más divertidas y apetecibles. Creo que en este post lo he dejado muy claro, me gusta Oviedo y siempre que puedo vuelvo y cada vez, te lo aseguro, me gusta más.
Oviedo una ciudad entrañable que no te puedes perder.
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