Vecinos de Cervantes, pues en esta casa vivió el insigne literato, en la calle Huertas, en pleno centro de Madrid se encuentra una de las más antiguas y clásicas tabernas de la capital: Casa Alberto. Tiene abiertas sus puertas desde 1827, año en el que comenzó como venta de vino como todas las tabernas, y con la llegada del vermú y la nueva moda de tomar el aperitivo se trasformó en la taberna que hoy es.
Casa Alberto cumple todos los requisitos que debe tener una taberna para ser considerada como tal: fachada roja que abarca la entrada al portal, sobre la puerta el rótulo con el nombre y el número de la calle, el mostrador de madera con una pila de estaño que recogía el agua para refrescar las frascas de vino, un sobremostrador de ónix que es una maravilla, artesonados de madera, un manómetro para fabricar agua se seltz…. , vale la pena visitarla solamente por disfrutar de un local tan bonito y tan lleno de historia.
Casa Alberto está lleno de historias y de recuerdos, dada su ubicación entre varios teatros, era lugar idóneo para la reunión de actores y para una curiosa actividad ya en desuso: la venta de entradas de la clá del teatro Español.
También fue una taberna taurina, recuerdo de esta fase son las fotografías de toreros ilustres que decoran las paredes.
En cuanto a la comida cumple también todos los requisitos de una taberna de ley. Sus raciones clásicas pero adaptadas a los tiempos modernos son excelentes, por lo menos las que yo he probado, y ya he ido mas de tres veces a relajarme en tan insigne lugar. Mario Pilar Quiroga jefe de cocina tiene buen cuidado en presentar los platos en su justo punto, sin grasas en exceso tan frecuente en recetas tan tradicionales. Además es de destacar la repostería, que se elabora en la misma cocina, casera cien por cien y elaborada por el chef.
Como buena taberna que se precie el tapeo es uno de los pilares fundamentales de Casa Alberto: voy a empezar por los pimientos del piquillo rellenos de rabo de toro que están riquísimos, con un relleno más meloso y jugoso que el de carne picada tradicional; el bacalao rebozado, crujiente, sin nada de grasa y elaborado con un lomo de bacalao de gran calidad; las albóndigas, mi ración preferida, con una salsita de tomate y cebolla para chuparse los dedos; los caracoles elaborados con la clásica receta casera madrileña, aquella que se utilizaba para hacer también los cangrejos pero sin jamón. También tenemos unos callos magníficos, unas empanadillas caseras excelentes, un queso curado que no te cuento y no sigo enumerando que al recordarlo se me hace la boca agua.
Todo esto para tapear, pero en las antiguas salas de guardar los pellejos de vino han instalado unos comedores donde puedes elegir a la carta tu refrigerio, con platos tradicionales y modernos y donde comer es una buena opción.
En cuanto al servicio es excelente, el trato cordial y respetuoso por parte de todo el personal y lo he comprobado: la primera vez que visité Casa Alberto era Viernes Santo, llovía a jarros y la taberna estaba a tope, nos trataron como si fuéramos los únicos clientes y eso hoy en día, se agradece.
En casa Alberto puedes tapear muy bien gastándote entre 15 y 20 euros y Comer sobre 35-40 euros con vino incluido.
C/ Huertas, 18. Madrid 28012.
Teléfonos Reservas: 91 4299356 / 91 4290706
Horario: de 12:00 á 1:30 horas ininterrumpidamente
domingos noche y lunes, cerrado por descanso.
3 Comentaros
ME GUSTARIA VER MAS RECETAS DEL MENCIONADO BAR GRACIAS
mirare, y te pondré mas recetas castizas madrileñas¡¡
un beso
Concha