Esta ensalada a parte de muy bonita, es espectacular, llena de sabores y texturas y encima le ponemos el toque mágico con la sal de guindilla que le da la nota graciosa y picante. Encontrar puerros tiernos no es fácil pero los podemos sustituir por un puerro normal cortado en trozos de 5 cm y luego en vertical siguiendo la fibra del puerro. Los calabacines a la judía son deliciosos y dan mucho juego ahora que se acerca el buen tiempo, yo los utilizo en cantidad de ensaladas por que aportan un sabor y una textura especial.
INGREDIENTES:
12 puerritos tiernos o 1 grande, 3 tomates, 1 calabacín, 1 lata de ventresca de bonito, sal de guidilla, aceite de oliva virgen, vinagre de Módena.
ELABORACIÓN:
Limpiamos bien los puerros y los cocemos sin quitarles nada, cuando los pinchemos con un palillo y entre sin problemas es que están listos. Los pelamos, los cortamos en trozos verticales, siguiendo la fibra del puerro. Reservamos.
Pelamos el tomate, lo despepitamos, lo cortamos en concasse y lo dejamos escurrir en un colador.
CALABACINES A LA JUDIA: Cortamos rodajas finas del calabacín a lo largo, lo mejor es hacerlo con la mandolina y luego cortar en palitos a lo ancho, para que nos queden los bordes del palito verdes. Ponemos agua con sal en el fuego, cuando este hirviendo a borbotones le añadimos el calabacin, esperamos hasta que vuelva a hervir hay que meterlo bajo el agua fría rápidamente para cortar la cocción. Dejamos escurrir el agua y que se sequen.
PRESENTACIÓN:
Ponemos en el centro del plato el tomate, rodeamos con el calabacin, colocamos los trozos de puerro, encima la ventresca. Preparamos el aliño: una parte de vinagre de Modena por dos de aceite de oliva virgen. Salamos con la sal de guindilla
Un comentario