Con esta receta se consigue un resultado espectacular, un solomillo totalmente diferente, dorado y caramelizado por fuera con los trocitos de naranja súper ricos y el sabor fresco y campestre del tomillo, crudito por dentro, bien rosado para que este jugoso. Todo un espectáculo gastronómico. Vamos que el éxito esta garantizado.
Es muy fácil de preparar solo tienes que hacer la confitura salada de naranja, tenerla lista para el momento de cocinar y si no lo dejásemos reposar en diez minutos de preparación la receta estaría lista, pero en la cocina las prisas no son buenas consejeras así que lo vamos a dejar dormir un rato antes de cocinarlo para que este perfecto y todos los sabores se hayan asentado.
Puedes utilizar solomillo de cerdo ibérico o no, con el cerdo normal también tiene que estar de lujo y con costillas de cerdo me lo imagino, espectacular. Con ternera prefiero hacer la prueba antes de recomendarlo, así que si te lanzas y lo preparas cuéntame el resultado.
La ración es muy generosa, con dos solomillos pueden comer cinco personas perfectamente. Si no tienes tomillo limonero fresco utiliza el seco que venden en botes.
INGREDIENTES para cuatro comensales:
2 solomillos de cerdo ibérico, confitura salada de naranja con su aceite, 2 c/p de briznas de tomillo limonero fresco, sal, 2 c/c de azúcar moreno.
Comfitura salada de naranja: 2 naranjas, 1 hojas de laurel, 6 granos de pimienta negra, 1 tazas de aceite de oliva virgen suave, 1/4 taza de vino blanco seco, 1 c/c de sal gruesa, agua mineral,
Acompañamiento: Ratatouille, veras AQUÍ la receta.
oooOOOooo
c/s: cuchara sopera
c/p: cuchara de postre
c/c: cuchara de café
ELABORACIÓN:
Compota salada de naranja:
Para comenzar partimos las naranjas por la mitad, les sacamos el zumo que utilizaremos para otra preparación, ya que no las vamos a utilizar en esta preparación. Poner las cascaras de las naranjas exprimidas en una olla grande, añadir las hojas de laurel, las pimientas, 3 c/s de aceite de oliva, el vino blanco y la sal, cubrimos con el agua mineral y ponemos al fuego hasta que las naranjas estén tiernas (unos 25 minutos). Retiramos y dejamos enfriar.
Retiramos las naranjas con mucho cuidado le quitamos todo lo blanco y las cortamos en tiras. Es muy fácil solo tienes que utilizar un cuchillo muy afilado y lo introduces entre lo blanco y la piel de la naranja y cortas, después haces las tiras. Las pones en un bote con cierre hermético y las cubres de aceite de oliva virgen suave. Deja que se maceren unas horas antes de usar.
Solomillo:
Colocamos el solomillo encima de la tabla de trabajo, lo untamos de sal y de aceite de la naranja confitada, frotamos bien para que se impregne bien. Dejamos reposar unos minutos.
Cuando el solomillo este bien impregnado del aceite y la sal vamos disponiendo por encima las tiras de naranja de confitadas y las briznas de tomillo fresco, con generosidad que luego lo vamos a agradecer. Espolvoreamos con el azúcar moreno, ojo, no es un postre, solo queremos darle el toque dulce para que contraste así que lo hacemos como si fuera sal. Apretamos bien con las manos para que se pegue a la carne, lo volvemos a pintar con aceite de naranja. Dejar reposar un rato (20 minutos).
Colocamos la plancha en el fuego, dejamos que se caliente hasta que una gota de agua chisporrotee sobre su superficie, bajamos el fuego y colocamos el solomillo y dejamos que se dore, dando la vuelta para que se cocine por todos los lados. Cuando esté listo, nos tiene que quedar cocinado por fuera y rosado por dentro, lo sacamos, lo tapamos con papel de aluminio sin que se ahogue, holgado y dejamos reposar 10 minutos.
TERMINACIÓN Y PRESENTACIÓN:
Troceamos en medallones de un dedo y disponemos como si estuviera entero, le colocamos por encima la naranja confitada y el jugo que ha soltado al cortar, añadir unas escamas de sal y ya está listo para comer.
En esta ocasión he acompañado de ratoutille y lo he adornado con unas ramitas de tomillo limonero fresco.
2 Comentaros
Un plato muy rico muy bien presentado. La salsa le va muy bien a esta preparación. Muy buen contraste
Un Abrazo, Agustí Cangrejo Grande