Al entrar en el restaurante “Don Lay” te llevas una agradable sorpresa y una pequeña «decepción»: no hay farolillos rojos ni dragones ni ningún elemento decorativo al uso, tan habitual en los restaurantes chinos, su decoración es sobria y clásica, buenos muebles y sencillos cuadros, limpio “como una patena” y agradable en su conjunto.
Cuando te sientas y te dan la carta tu sorpresa es mayor ya que no te encuentras la clásica ternera con pimientos o el típico pollo al limón. Este restaurante se dedica a la cocina Cantonesa, la más selecta de la cocina china y aunque es la más conocida, en Don Lay la conservan lo más autèntica posible, con recetas originales y sin occidentalizar, lo que la hace diferente y deliciosa.
Para comenzar nuestro festín vamos a tomar unos “Dim sum”, especiales y delicados, elaborados en el restaurante en su totalidad, después unos rollitos rellenos de puerro , setas, zanahoria y carne, envueltos en una ligera hoja de papel de arroz y con un toque de canela muy ligero, también nos pusieron un pan chino frito con sésamo que nos encantó.
Me gusto mucho el apartado de las verduras, col china, acelgas, tirabeques cocinados en el wok, crujientes, al dente y elaboradas de una manera sencilla, resaltando todos sus sabores. En el terreno de los mariscos y pescados están estupendamente surtidos, tienen el pescado del día que te cocinan al vapor, agridulce o en salsa y en cuanto a mariscos cuentan con bogavante, gambas, langostinos y navajas que puedes tomar acompañados de crujientes verduras chinas con una salsa ligeramente especiada y con un toque picante, discreto y sutil que las hace deliciosas y que lamentas no tener un trozo de pan para practicar la navegación en esa salsa tan rica.
En “Don Lay” preparan el famoso “pato laqueado” al carbón, son los únicos de Madrid que tienen un horno para realizar esta elaboración y sabe diferente a la preparación que estamos acostumbrados, es muy jugoso y tierno y con una corteza muy crujiente, lo acompañan con una salsa de ciruelas muy distinta a la tradicional.
En la carta hay sugerentes platos de carne que nos quedamos con las ganas de probar y que serán un reto para el futuro como “el rabo de ternera frito con buenas hierbas” o “el pollo negro estofado a la hoja de loto”. La carta de vinos es clásica y escasa, cuentan en su bodega con vinos de La Rioja y de la Ribera del Duero a un precio asequible pero sin nada que destacar. El servicio fue estupendo, nos explicaron muy amablemente todos los platos y nos atendieron a la perfección, no nos sirvieron todos los platos a la vez, cosa que agradecimos sino de manera escalonada pudiendo así disfrutar tranquilamente de nuestra comida.
Hay que señalar que cuentan con unos menús de degustación de 20 y 30 euros respectivamente, el numero de platos varia en relación directa al número de comensales, que nos sirven de guía para hacernos idea de lo que es la cocina cantonesa.
Hablamos con Nieves la dueña del restaurante, que habla perfectamente nuestro idioma y es encantadora. Nos conto que llevan desde 2002 abiertos y que su objetivo es traer a Madrid una muestra de lo mejor de la gastronomía cantonesa, la más refinada de China y la concina “francesa” de Oriente.
En resumen un restaurante chino muy diferente con unas elaboraciones cuidadas tanto en cocina como en presentación, sin duda una cocina que vale la pena probar y que yo sin ninguna duda voy a repetir.
28011 Madrid
914 634 546
Precio medio: 30 euros
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