Este post está dedicado a los cocineros novatos para que vean que fácil es conseguir unos deliciosos pimientos, con un sabor increíble y así tener un acompañamiento perfecto y riquísimo para tus platos.
Hay varios trucos:
– No debes meterlos en el horno y olvidarlos, tienes vigilarlos y darles la vuelta para que se asen por todos los lados. Te tienen que quedar al dente tirando a duros, tócalos y lo notaras enseguida.
– Si los vas a integrar en otro plato los ajos muy pequeñitos y ten cuidado no se te quemen, en el momento de añadirlos a la sartén retira esta del fuego y deja que se terminen de hacer con el calor que ya tienen. Si los vas a servir solos de aperitivo prepara los ajos en rodajitas crujientes, AQUÍ puedes ver la receta. Te quedar más vistosa la receta
– Cuando los saques del horno tápalos con un paño y déjalos reposar hasta que estén tibios.
– Conserva el caldo que sueltan al asarlos y redúcelo a un tercio de su volumen, todos los azucares se condensaran y le aportara un sabor increíble.
Prácticamente he desentrañado la receta, pero son conceptos básicos para que te queden del “10”
INGREDIENTES:
4 pimientos rojos bien carnosos, aceite de oliva virgen suave, sal, 2 dientes de ajo hermosos
Mise en place (preparación):
– Lavamos los pimientos y los secamos bien
– Picamos los ajos en cuadraditos súper minis, lo más pequeño que seamos capaces o en láminas finitas, según el destino de los pimientos.
ELABORACIÓN:
Ponemos a calentar el horno a 180º.
Forramos la bandeja del horno con papel de cocina o papel de aluminio para evitar el tener que fregar más tarde.
Ponemos a asar en el horno los pimientos como hacemos siempre, directamente al horno, enteros a 180º con fuego por arriba y por abajo, los miramos cada 15 minutos. No queremos que queden blandos, con un toque durito estarán perfectos. Cuando estén en su punto, lo notaras por la piel que se habrá despegado y estará arrugada, los sacamos del horno y los dejamos enfriar tapados con un paño.
En el momento que podamos tocarlos empezamos a limpiarlos quitando la piel y las semillas, este proceso hay que hacerlo perfecto, no deben de quedarnos semillas pululando por el plato.
Guardamos el caldito que sueltan, este punto es muy importante. Lo ponemos en un cazo y dejamos reducir a un tercio de su volumen. Lo guardamos hasta el momento de aliñar.
Los cortamos en tiras finas y reservamos.
TERMINACIÓN Y PRESENTACIÓN:
Ponemos aceite en una sartén cuando esté caliente le añadimos los ajos y rápidamente retiramos del fuego para que no se arrebaten los ajos y se quemen. Cuando empiecen a tomar color les añadimos los pimientos, movemos bien para que se mezclen, salamos y les añadimos la reducción del caldito. Cocinamos cinco minutos y listos.
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PATRIMONIO CULTURAL DE LOS ARGENTINOS: EL ASADO DE TIRA Y SU ORIGEN CAMPANENSE
FUE EN LA CIUDAD ARGENTINA DE CAMPANA QUE TUVO SU ORIGEN EL ASADO DE TIRA
Claudio Valerio, un ingeniero apasionado por la historia asegura que
el “asado de tira”, símbolo argentino, se originó en la ciudad de
Campana cuando el The River Plate Fresh Meat Co., el primer
frigorífico de Sudamérica, se instalara en esa ciudad y que, con la
incorporación de una sierra, se logró cortar los huesos de las reses.
Hasta entonces, a las reses se las faenaban a cuchillo.
El hecho es que de una charla entre amigos pueden surgir jugosas
anécdotas, consejos invalorables, negocios salvadores –e imposibles de
concretar en la mayoría de los casos– y proyectos o sueños compartidos
que, de otro modos, serían inalcanzables. Una sobremesa, quizás, puede
ser también el lugar propicio para intentar develar grandes incógnitas
del ser nacional, como puede ser, por ejemplo, cuál es el origen de
uno de los cortes de carne más tradicionales que nunca suele faltar en
las parrillas argentinas: la tira de asado.
Fue ese el tema que quedó rondando en la cabeza de Claudio Valerio, un
ingeniero mecánico y electrónico, actor e historiador vocacional que
luego de una charla informal con un amigo se decidió a investigar para
llegar a establecer que ese corte, tal y como se lo sirve actualmente,
tuvo su origen en la ciudad de Campana, Buenos Aires.
Este hecho, que se convertiría en hito culinario e histórico para el
Distrito, sucedió durante el siglo XIX con la instalación del
frigorífico The River Plate Fresh Meat Co. en el pueblo bonaerense que
crecía a orillas del Río Paraná de Las Palmas, en el actual territorio
de Campana. Entonces la historia comienza en el frigorífico que fue
fundado en 1883 y cerró en 1926 pero dio inicio al proceso de
industrialización en la zona.
Los principales compradores de la carne argentina eran los ingleses,
que preferían los cortes con más carne y menos hueso y grasa. Por eso,
el costillar entero era un corte de descarte en el frigorífico y, en
vez de tirarlo, lo consumían los empleados, acostumbrados a asar
porque muchos de ellos provenían del campo o el interior del país. «Se
asaba a la cruz con el cuero, el matambre y la falda, así se preparaba
desde el 1600. Los curas franciscanos, por ejemplo, se lo daban a los
obreros que trabajaban en la construcción de iglesias y así también lo
consumían los gauchos», explica Valerio, quien llegó a la conclusión
de que el cambio y el surgimiento de la tira de asado como se consume
actualmente –o tal vez con alguna ligera variación– se produjo con una
innovación tecnológica implementada en el frigorífico campanense: el
uso de la sierra para fraccionar mejor la res.
Según estima Claudio Valerio, es a partir de la incorporación de ese
novedoso elemento que se pudo comenzar a cortar el hueso ya que hasta
el momento los trabajadores sólo contaban con una cuchilla para faenar
y por más filo que tuviera era imposible poder atravesarlo. Entonces
desde ese momento pudo cortarse el costillar, separarle el cuero, el
matambre y la falda, y ahí queda el asado de tira.
La investigación le permitió al ingeniero conocer más sobre la
historia del Partido y algunos datos le resultaron sorprendentes: «Los
hermanos Luis y Eduardo Costa innovaron en la alimentación del ganado
para obtener una mejor carne. Además fueron ellos y Justa Lima de
Atucha quienes donaron lo necesario para que se realizase el primer
envío a Europa de carne vacuna en barcos con cámaras frigoríficas. Fue
la mayor matanza de animales», cuenta Valerio, cuya esposa, Fabiana
Herreros, es descendiente directa –sobrina bisnieta, precisamente– del
primer intendente electo de la historia de Campana, Martín Castilla.
Claudio Valerio ahora ha publicado un libro en el que se puede leer y
profundizar los porqué lo han llevado a llegar a este descubrimiento,
como también lograr que su hallazgo tenga reconocimiento nacional, sin
que ello signifique lucimiento personal. Además, con la presentación
formal de su trabajo, se pretende institucionalizar la “fiesta
nacional del asado de tira”, para que pase a caracterizar al Distrito
de Campana.
Antecedentes:
http:/www.telam.com.ar/notas/201803/256236-historia-origen-asado-de-tira.html
https://www.clarin.com/ciudades/Campana-asado_de_tira-invento_0_Bk9Llqi5wXg.html
http://www.eldebate.com.ar/claudio-valerio-con-un-proyecto-a-futuro/