salsa nº 59
Esta salsa de Oporto es diferente a la clásica ya que le vamos a dar un punto muy especial con un ingrediente inesperado y novedoso que le dará untuosidad y cuerpo, lo que hará que nuestra salsa sea perfecta para acompañar carnes rojas o de cerdo, proteínas con sabor intenso que serán suavemente dulcificadas por nuestra salsa, logrando un contrapunto estupendo.
Vamos a utilizar una manzana, concretamente su piel que está llena de pectina, una fibra natural que al unirse con los ácidos de la fruta y el azúcar forma un gel que es un espesante natural. Ayuda a que la cocción sea más rápida y que la textura sea más espesa naturalmente sin ningún añadido.
La carne de la manzana la puedes pasar por la plancha y utilizarla como guarnición.
El Oporto (vinho do Porto) es un vino procedente de Portugal de la ciudad que le da el nombre, es famoso y apreciado en el mundo entero desde tiempo inmemorial, si no lo has probado no se que estas esperando, te va a encantar, tomar una copa después de comer es todo un lujo gastronómico.
Es una salsa deliciosa y elegante, que elevará el nivel de tus platos y dará categoría a tu mesa.
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INGREDIENTES para cuatro comensales:
1 vaso de vino Oporto, ½ vaso de vino de Coñac, 1 vaso de vino de caldo de carne, sal y pimienta recién molida, 1 manzana, 1 c/p de azúcar.
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- Categoría: salsa
- Estilo: cocina clásica
- Ingrediente principal: vino de oporto
- Tiempo de elaboración: medio
- Comensales: 4
- Precio: medio
- Dificultad: baja
- Esta receta no contiene huevo, ni lactosa, ni frutos secos ni gluten.
ELABORACIÓN:
Lavamos y pelamos las manzanas, no tires las pieles las vamos a utilizar para hacer la salsa, la carne de la manzana guárdala para otra preparación.
En una sárten añadimos mantequilla, azúcar y pieles de las manzanas; los doramos, removiendo, cuando tengan un buen color les añadimos los vinos: el Oporto y el Coñac, dejamos que se evapore el alcohol y les incorporamos el caldo de carne.
Probamos y le añadimos una pizca de sal, vamos a ser roñosos de sal ya que va a reducir y los sabores se intensifican; dejamos que vuelva a hervir, bajamos el fuego y dejamos reducir lentamente. De vez en cuando removemos y chafamos las pieles para que suelten todos sus jugos.
Colamos el jugo, le añadimos un poco de mantequilla y la pimienta,
Conservamos caliente en el fuego al mínimo.
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