Para apreciar el vino “sed de Monegros” lo primero que hay que hacer es conocer la tierra donde se origina y entender esas cepas que crecen soportando el Cierzo un viento fuerte e insistente; las temperaturas extremas, frío y heladas en invierno y seguía y un sol de justicia en verano; estamos hablando de unas viñas con stress hídrico pero que al final, año tras año superando tanto inconveniente nos regalan un gran vino, singular imagen de una tierra en la que la vida bulle soterrada, el silencio impera y la paz y la tranquilidad son sus señas de identidad.
Hablamos de los Monegros, una comarca situada en el Alto Aragón, una parte en la provincia de Huesca y otra en la de Zaragoza, recibe ese nombre porque aunque parezca mentira era una tierra llena de arboles, un sabinar muy frondoso que no dejaba pasar la luz tapaba la tierra y que fue esquilmado sin piedad, de allí le viene el nombre a la zona, los «montes negros» derivaron en «monegros»
.Un sabinar tan frondoso que dejaba pasar muy poca luz y que, consecuentemente, recibiría el nombre de Montes Negros, que derivaría al de Monegros de nuestros días.
En esta tierra dura y difícil, Fernando Mir, economista y enólogo, ha montado su bodega, un sueño que poco a poco ha convertido en realidad y, no lo dudes, con gran fortuna ya que sus vinos ya han recibido premios en los pocos años que lleva funcionando y son dignos de tener en cuenta y de que los conozcas para que formen parte de tu lista de preferidos.
Estamos hablando de unos viñedos plantados en terreno de “cascajos”, con la tierra cuarteada por la falta de agua, seca y silenciosa donde las parras luchan por sobrevivir en un entorno hostil; estas parras no se riegan teniendo gran concentración de azúcares ya que resisten un sol de justicia. Su cultivo es totalmente ecológico, incluso llegan al extremo de arar con caballos como en los viejos tiempos ya que esta ancestral modalidad de roturar los campos les permite trabajar con más movilidad que con las máquinas.
No usan productos químicos ni para abonar ni para fumigar, son las mariquitas y otros insectos beneficiosos quienes se encargan de evitar plagas, aunque en los Monegros es el Cierzo, el viento que azota habitualmente estas tierras, quien se encarga de llevarse a todo insecto que ose aposentarse en las hojas de una parra.
Tienen un curioso sistema para ahuyentar a los pájaros que sin piedad se comen las uvas cuando empiezan a madurar, y lo hacen a cañonazos: cada pocos minutos suena una fuerte detonación rompiendo el intenso silencio y chilla una bandada de aguiluchos ; no es más que una cinta reproduciendo el sonido de las rapaces y un curioso sistema con gas butano que al funcionar imita el sonido de un cañón. ¡Ingenioso!
Pero vamos con el vino que ya estamos metidos en ambiente. La bodega es pequeña pero bien organizada y su producción limitada, apenas 9000 botellas entre tinto y blanco.
En tan pocos metros cuadrados realiza las mismas funciones que las bodegas más modernas y sofisticadas.
Lo mejor es que veas el video donde el mismo Fernando nos cuenta como elabora sus excelentes vinos; quizá resulte un video un poco largo pero es una clase magistral para aprender y entender la vida de una bodega. No te lo pierdas aprenderás todo lo que necesitas saber para elaborar un buen vino.
Como habrás observado la bodega es pequeña y coqueta, todo está impoluto y cada cosa en su sitio, parece casi milagroso que en tan poco espacio se logre elaborar unos vinos con tanta personalidad y calidad.
Las referencias son cortas, un blanco y un tinto son las enseñas de la bodega. Del tinto, bautizado como “Sed”, se producen 6.372 botellas, utilizando un 65% de Garnacha, 20% de Cariñena y 15% de Syrah. No ha sido filtrado ni tratado por frío, por lo que puede ser sensible a producir sedimentos naturales. Ha sido envejecido durante 9 meses en barrica de roble americano.
Es de color intenso con aromas a frutas del bosque y toques frescos de eucalipto, aromas lácticos , a toffé y anisados, es muy agradable en boca, suave y aterciopelado, intenso y persistente. Es aconsejable decantarlo para que se oxigene y alcance toda su plenitud.
El blanco, que sorprende agradablemente cuando lo pruebas, se llama “Duna” y está elaborado con un 80% garnacha blanca y con un 20% de una uva autóctona llamada “Alcañón”, es un vino joven del que solamente se envasaron el año pasado 2.698 botellas, no ha sido tratado por frío y con un suave filtrado.
Es de color amarillo con un tono verdoso que le aporta la uva alcañón, tiene aromas a piña, manzana y melocotón maduro con toques de tomillo y romero. Es persistente en boca, muy agradable y fresco.
Lo puedes comprar en la página web, Fernando te lo enviará rápidamente y no te olvides cuando lo bebas de valorar todo lo que va detrás de una sencilla botella de vino: mucho trabajo, ilusión y una lucha contra los elementos que en estas duras tierras del corazón de los Monegros aragoneses, no son fáciles, sequía, el cierzo, el sol abrasador en verano, las bajas temperaturas en invierno hacen que conseguir un vino tan especial y de tanta calidad sea casi milagroso.
¡No te lo pierdas!
Premios:
«MEDALLA DE PLATA – Garnachas del Mundo 2016»
«BACCHUS DE PLATA – Bacchus 2016»
Datos:
BODEGA DCUEVA – DMONEGROS
C/ LAS PEÑAS, 8 –
22250 LANAJA – LOS MONEGROS
HUESCA – ESPAÑA
TF: +34 974 574 006 – MÓVIL: +34 687 963 895
E-MAIL: [email protected]
2 Comentaros
Lo dicho, tengo que probarlos.
Besos
Nieves
cuando quieras¡¡¡