Las fabes tiernas son deliciosas, son como las pochas riojanas pero en fabes, se recogen tiernas y no se dejan secar y sólo se pueden conseguir en temporada. Nosotros las compramos en un viaje a Asturias y las hemos mantenido congeladas y se conservan perfectamente.
Nos encantan ya que son muy delicadas, mantecosas y finas, todo un manjar. Estas ricas fabes no necesitan ponerse a remojo, sólo dejarlas descongelar como es nuestro caso ya que si es temporada no tendrás que hacer nada, el único trabajo que requieren es lavarlas con agua fría y a la olla.
Voy a poner esta receta en el #diadelacuchara de twitter, es una elaboración racial y contundente, un auténtico plato de cuchara de esos de toda la vida y que nos gustan tanto.
Si no las puedes conseguir puedes preparar la receta con fabes normales o con tus alubias preferidas que te saldrá un guisote muy sabroso y apetitoso. También se puede cambiar el chorizo asturiano por el de tu zona pero aquí sí que notaras el cambio ya que este tiene un sabor muy característico que se transmite en la cocción, dando personalidad al plato.
INGREDIENTES para cuatro comensales:
400 gr. de «Fabes pochas (tiernas)» por persona, 2 chorizos asturianos, 400 gr. de costilla de cerdo fresca, 50 gr. de panceta curada, 1 cebolla, 2 dientes de ajo, 1 hoja de laurel, 4 granos de pimienta y sal.
ELABORACIÓN:
Cortamos las costillas, en trozos del tamaño de un bocado grande, salamos y pimentamos, las doramos en una sarten a fuego vivo, queremos que se doren y se sellen. Dejamos enfriar.
En una cazuela colocamos las fabes, el trozo de chorizo, el tocino partido en cuatro trozos, las costillas que tenemos doraditas , una cebolla cortada en dos trozos, los dientes de ajo enteros, la hoja de laurel, los granos de pimienta y una pizca de sal. Cubrimos con agua mineral y ponemos en el fuego. En el momento que rompa a hervir bajamos el calor al mínimo y lo dejamos cocinar a fuego lento.
Estas fabes son muy tiernas y se cocinarán rápidamente así que vigila la olla. Cuando estén en su punto retiramos del fuego y las dejamos reposar. Mientras, sacamos la cebolla y en una sarten la rehogamos, cuando esté en su punto la pasamos por la batidora y por un tamiz para quitar posibles restos. Incorporamos al guiso, partimos el chorizo en trozos y removemos con cuidado y calentamos.
Listas para comer.
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