Las recetas con apellido Strogonoff son originarias de Rusia y sin lugar a dudas, junto a la ensaladilla rusa de Monsier Olivier, las más famosas del este gran país. Es conocida en todo el mundo e infinitas veces trasformada y adaptada a los gustos de diferentes costumbres y de distintos comensales.
No he logrado averiguar a ciencia cierta que miembro de los Stróganov, familia muy influyente en la época, le presta su nombre. Unos dicen que Pável Aleksándrovich, un general ruso muy famoso por sus grandes hazañas guerreras y por ser un gastrónomo de primera y otras se lo atribuyen a Gregory Stróganov, otro miembro de tan ilustre familia.
Todos estaréis pensando que me he equivocado de familia, pues no, el nombre en ruso acaba en «V» mientras que terminado en dos “FF” es la acepción francesa y la que nosotros, hasta hace unos años afrancesados gastronómicos, es la que hemos utilizado siempre.
Los Stróganov o Strogonoff
Eran una familia de comerciantes y terratenientes a los que se les otorgó un título nobiliario. Su gran poder se puso de manifiesto desde el siglo XVI hasta el siglo XX, en el que, con la revolución rusa, tuvieron que abandonar sus tierras y exiliarse al extranjero.
Su riqueza la crearon partiendo de una salina en el Mar Blanco, está fue la base de una gran industria y una gran fortuna. Son muy conocidos por la construcción de varias iglesias y por su fantástico palacio que en la actualidad forma parte del Museo Ruso en San Petersburgo.
Con la llegada de la Revolución Rusa (1917) los Strogonoff emigraron con el movimiento blanco (contrarrevolucionarios partidarios del Zar que lucharon contra Revolución de Octubre y el Ejército Rojo. Todas sus propiedades fueron nacionalizadas.
En 1992 se creó una fundación para conservar, proteger y restaurar la herencia rusa de los Strogonoff.
La receta de los Strogonoff
Pero volvamos a los fogones, el cocinero de la familia preparó este plato inspirándose en la cocina medieval rusa donde era muy tradicional acompañar la carne con nata agria, ingrediente muy habitual de su gastronomía.
Si a esta base le añadimos un poco de mostaza nos encontramos con la receta original ya que los champiñones y los pepinillos se le añadieron a principios del siglo XX.
El “Strogonoff” fue durante muchos años plato estrella en todo restaurante con un poco de nivel, lo acompañaban de arroz blanco convirtiéndose en un manjar que nadie se quería perder. Ahora ya no lo encuentras en casi ninguna carta, pero no deja de ser una carne deliciosa y muy sencilla de preparar.
Es estupenda ya que puedes preparar la salsa con antelación y solo tienes que añadir el solomillo en el momento oportuno, justo antes de comer, para que la carne este en su punto, jugosa y deliciosa.
Se me olvidaba, no he puesto el nombre del cocinero de la familia Strogonoff porque nadie lo sabe. Desde aquí nuestro homenaje a este señor “anónimo” que nos regalo uno de mis platos preferidos de la Cocina Clásica.
Si quieres ver la receta solo tienes que entrar en este enlace, sale bordado¡¡¡
Solomillo Strogonoff, receta paso a paso
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