La vajilla, como es obvio es un elemento imprescindible en la mesa, sin ella no podríamos comer de manera correcta, está claro qué se puede comer con una hondilla y una cuchara como en la Edad Media pero gracias a la evolución hemos superado con creces esos usos y en la mesa nos comportamos siguiendo una serie de normas básicas y utilizando los elementos necesarios.
Es muy importante conocer el protocolo en la mesa, los elementos qué la componen y como emplearlos nunca se sabe en qué situaciones te vas a ver involucrado y si tienes los conocimientos apropiados podrás salir airoso/a sin dificultad de cualquier circunstancia que se te presente además las incorrecciones en la mesa son de lo más desagradable.
Hay infinidad de materiales para crear las más bellas e insólitas y selectas vajillas, como el oro, ónice, alabastro, materiales rústicos como el barro o los más habituales como la porcelana que se presta a los más bellos y delicados diseños o la loza que es más burda y de uso habitual.
No hay normas establecidas para la forma de los platos pero lo normal y clásico es que sean redondos, pero el diseño manda y nos encontramos platos de las formas más insospechadas, algunos preciosos y otros inverosímiles.
Es una medida inteligente utilizar diseños clásicos, blancos a ser posible, ya que nos combinan con todo tipo de montajes, enaltecen la comida y cualquier adorno les va de maravilla, es importante que sea de buena calidad y que no tenga golpes, rotos o estén deteriorados.
Si tu nivel adquisitivo te lo permite no está mal tener varias vajillas que te sirvan para diferentes ocasiones.
Una vajilla debe contar con platos llanos, hondos y de postre, esto es lo básico y de aquí al cielo, platos de pan, tazas y platos de consomé o café, fuentes de diversos tamaños, salseras, soperas, hueveras, platos para caracoles, para espárragos, ensaladeras, hondillas, cuencos, boles… pero ten cuidado y piensa en tus comensales cuando dispongas la mesa no vayas a meterlos en un lío y les hagas pasar un mal rato con elementos que no saben utilizar. Es muy importante adecuar tu mesa a cada situación.
Los platos hondos son más profundos están destinados a contener líquidos como sopas, semilíquidos o cremas, el objetivo es que el contenido no se derrame por la mesa; los platos llanos son de mayor tamaño ya que están pensados para soportar el plato principal y los acompañamientos; los platos de postre son de menor tamaño ya que la ración que van a soportar es menor y no se necesita tanto espacio y los platos de pan son muy pequeños pensados para contener un bollo o un trozo de pan de ración.
Establecidas las bases y sabiendo cómo debe ser una vajilla vamos a preocuparnos por su colocación, hay una serie de puntos a tener en cuenta:
– Nunca se colocan dos platos iguales juntos, por ejemplo dos llanos o dos hondos.
– Los platos se colocan a 45 cm. (3 cuartas de la palma de la mano) de distancia unos de otros y a 3 cm. (2/3 dedos) del borde de la mesa
– El plato hondo no se coloca directamente sobre el mantel o el bajo-plato, hay que colocarlo encima de un plato llano.
– El plato del pan se coloca en la parte superior izquierda y se pueden acompañar de un pequeño cuchillo para untar la mantequilla
– En la presentación de la mesa se pueden colocar platos de relleno que se retiran cuando comience el ágape.
– Los platos no deben moverse de su sitio, solo cuando se produce un cambio en el menú y debamos retirarlos, no se deben inclinar para obtener la última cuchara o el último bocado, ni acercar a la fuente para facilitar el servicio o elevarlos para enseñárselo a otro comensal.
– Nunca tocaremos por motivos de higiene los platos con las manos. En la mesa solo se tocan los cubiertos y la servilleta.
Por último nos vamos a ocupar de su colocación en la mesa, en primer lugar situaremos el bajo-plato que tiene una función meramente decorativa pero no te olvides que un servicio completo exige un bajo-plato, si no tenemos pondremos un plato llano, siempre a 3 cm. del borde de la mesa y a 45 cm de distancia uno de otro.
Si el menú lleva sopas o similares contaremos con el plato hondo que nunca colocaremos directamente sobre el mantel, su uso es opcional y siempre dependerá del menú.
Otra opción es colocar un plato más pequeño nos servirá de protección del plato llano, recogerá las migas del pan con mantequilla y lo podremos utilizar para los aperitivos.
En el lado izquierdo de las copas colocaremos el plato del pan que no tiene que ser obligatoriamente a juego con la vajilla, puede ser de porcelana, metal…
¿Como es tu vajilla?, ¿que criterio utilizaste al seleccionarla?, ¿la utilizas habitualmente o la guardas para las ocasiones?, cuéntame, me interesa tu opinión y tus historias.
Un comentario
Muy educativo.